Escrito por: Alejandra Camila Díaz Málaga.
Estudiante de la Escuela Profesional de Ciencia Política y Gobierno.
La respuesta es no. Sabemos que la cuarentena al igual que el uso de mascarillas y guantes son sumamente necesarios, pero no son la única vía para combatir esta enfermedad. La tecnología tiene un enorme potencial para crear soluciones útiles a los problemas, en este caso a una pandemia.
¿Cuál es el papel que está jugando la tecnología? La tecnología se está usando de forma intensiva para la prevención y control del virus. Nos ayuda con la localización geográfica de las personas contagiadas o posibles casos positivos, además podemos localizar las zonas con mayor riesgo de contagios.
Si hablamos del caso de China, país donde inicia esta pandemia, el Estado no contaba con un modelo previo para saber cómo actuar frente a esta situación, por eso se convirtió en el primer foco de infecciones. China aspira a convertirse en el país líder en inteligencia artificial, no cabe duda que va por buen camino. Hoy en día el país asiático logró controlar al virus, todo gracias al implemento de medidas que parecen haber sido sacadas de una película futurista. Los robots médicos asistentes que esterilizan y suministran medicamentos ya quedaron en el pasado.
Los policías chinos usan cascos inteligentes que tienen incorporada una cámara infrarroja que hace sonar una alarma cuando detectan en un radio de 5 metros a una persona que tiene fiebre, pero eso no es todo, también cuentan con reconocimiento fácil que permite el acceso a información personal de las personas. Así es, reconocimiento facial; la vigilancia social que tiene este país es una de las más avanzada en todo el mundo y esta siendo aplicada a una escala masiva en su territorio.
No se conformaron con las cámaras de vigilancia que tienen alrededor de toda la ciudad, donde monitorean cada movimiento de las personas. Aplicaron un nuevo sistema dentro del código de salud, que utiliza una gran cantidad de datos para identificar y evaluar el riesgo de la mayoría de sus individuos, se le conoce como código de color, muy parecido a un semáforo, donde el color rojo indica que la persona estuvo contagiada, amarrillo expuesta al virus y verde no tuvo ningún problema. Este sistema permite saber si las personas deben ser puestas en cuarentena o si pueden circular libremente, todo esto gracias a su historial de viajes; la interrogante es ¿Cómo consiguen este historial? Bueno, este sistema está siendo ejecutado dentro de dos apps, las más utilizadas en China, Alipay y Wechat (básicamente el WhatsApp de los asiáticos). La mayoría de la población tiene estas aplicaciones instaladas en sus celulares, lo que permite el fácil acceso a su información y GPS, para controlar los lugares que ha transitado.
No cabe duda que la tecnología y la inteligencia artificial son realmente puntos clave para superar la crisis que estamos viviendo, pero estos sistemas de seguimiento tienen sus contras. El código de color, va más allá de un simple método geo localizador, la vida de las personas gira en torno al color que se les asigna.
Hasta qué punto es ético el uso de estas herramientas que básicamente permiten que el Estado controle a las personas. Teniendo en cuenta que China no es exactamente un país que respete al 100% los derechos humanos, un claro ejemplo es la ciudad de Chongqing, donde para cada 5 habitantes hay una cámara que los vigila a lo largo del día. El uso indiscriminado de estas tecnologías puede llegar a ser usado como un arma de control social. Acaso el derecho a la privacidad o libertad es menos importante que la seguridad social, y más ahora que el covid-19 puede ser la excusa perfecta para seguir implementado este tipo de medidas que amplían el control que tiene el Estado sobre la población.