Escrito por: Mg. Angélica María Espinoza Huashua, Docente de la Facultad de Enfermería.
El año 2020 la Organización Mundial de la Salud lo designó como el Año Internacional de la Enfermera al conmemorarse el 200 aniversario del nacimiento de Florence Nightingale, sin embargo también fue un año donde se demostró la crisis sanitaria y cada una de las Enfermeras lidiamos día a día con el impacto de la pandemia demostrando nuestra vital importancia para combatir el virus y el rol que desempeñamos en el cuidado holístico de la persona, familia y comunidad brindándole atención especializada, estando en primera línea y día a día dando lo mejor de nosotros para seguir en la lucha en cada uno de los niveles de atención de promoción, prevención, recuperación y rehabilitación.
La pandemia paralizó a todo el mundo, nos enfrentó no solo a nuestros peores miedos sino también a la incertidumbre de algo nuevo y desconocido, a querer dar más pero no poder debido a lo olvidado que estuvo nuestro sistema de salud durante años; como Enfermeros sabíamos que iba ser difícil pero no imposible, fueron tiempos de mucha angustia de mucho dolor pero nunca nos rendimos seguimos dándolo todo por el bienestar de cada una de las personas que requieren de nuestros cuidados, sin olvidar la parte emocional y espiritual ya que el estar alejados de la familia es para ellos muy triste y muchas veces los deprime; Enfermería esta las 24hrs del día pendiente de cada una de las necesidades, día a día vemos personas ir y venir muchos alegres porque vencieron al virus y reencontrarse con su familia es muy satisfactorio para nosotros porque se demuestra que cumplimos como lo profesionales que somos, con nuestra vocación de servicio, otros tristes por la pérdida de un ser querido sin embargo en nosotros queda el sentimiento de haber brindado lo mejor de nosotros como personas y como profesionales de Enfermería estando con la persona hasta el último día de su vida.
El separarnos de la familia por el temor a llevar el virus a casa es uno de los aspectos más tristes que nos tocó vivir como personas y como Enfermeros, el ver a nuestros pacientes que de un momento a otro su estado de salud se debilita es muy triste pero no nos desanima sino nos motiva a continuar con mucho amor y empatía en esta lucha por vencer al virus.
La pandemia nos enseñó que Enfermería es servicio, es amor, es perseverancia es fortaleza , es trabajo en equipo y aunque las circunstancias no sean las mejores siempre estaremos en primera línea esforzándonos por el bienestar de cada una de las personas y siempre con la bendición de Dios que es quien cuida de nosotros.